sábado, 24 de octubre de 2009

Tenemos mucho interés en conservar esta especie

Es indefensa, algo débil y durante los primeros años de su vida necesita la protección de sus mayores. Se llama Homo sapiens. Más conocida como Hombre. Es quizás, la más maravillosa de las especies que habitan nuestro planeta. Y también la más contradictoria. Crece, se alimenta, se viste y cura sus enfermedades gracias a miles de especies vegetales y animales que la naturaleza le brinda y que, con el tiempo, aprendió a aprovechar. Pero actúa muchas veces como si pudiera ignorar la importancia que ello tiene en su vida de todos los días: tala bosques indiscriminadamente, contamina ríos y mares, destruye suelos productivos, arrasa áreas naturales, provoca la extinción de plantas y animales. Ni siquiera la tecnología moderna le dio el poder para aislarse de su medio ambiente o de los otros seres vivos. Sencillamente, porque el mundo es un todo interdependiente del cual el hombre es sólo una parte. El conservacionismo nació con el objeto de garantizar la supervivencia y perpetuidad de toda la especies de flora y fauna silvestres. Plantas y animales que no sólo tienen el incuestionable derecho a vivir, sino que además proporcionan al hombre alimentos, medicinas y materias primas para la elaboración de innumerable cantidad de productos industriales. Es necesario que tomemos conciencia, de esta realidad tan concreta como ineludible. Y que lo hagamos hoy. Porque si seguimos arriesgando la vida de otras especies, estamos arriesgando nuestras propias vidas.

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